domingo, diciembre 03, 2006

Paraná

Paraná, ¿sabés?
es una mujer con la que voy a tener que asincerarme un buen día
porque tanta histeria
nos está matando.

Me tienta
cuando pocos kilómetros me separan de ella
/ en el tránsito hacia ella
y me duele irme
cada vez que de ella me voy.

Pero, ¿sabés?
Paraná es también como una ilusión
/ una mentira
un amor de esos de viaje,
de esos intensos que acaban siendo como ráfagas
que dejan estampadas sonrisas
que de buenas a primeras
son vacíos angustiales.

Paraná es como una burbuja,
hoy,
para mí;
un alivio y una condena.

La beso en los labios calientes
cerrados
y le digo
"voy a volver".

Pero siempre vuelvo así de fugaz,
como con miedo de descubrirme enamorado.

Vengo y le cuento de mis otros amores
y Paraná me sonríe.

Cuando me voy,
Paraná nunca me viene a despedir a la terminal
y está buen que así sea,
pero,
digo,
nunca viene.

Y yo me veo así de nostálgico,
reclinando el asiento del colectivo,
sabiendo que otra vez la dejo
a ella,
mi Paraná,
mi novia eterna.

Y es raro, ¿sabés?
esa misma angustia nostálgica que siento al irme
es la misma que siento en el transcurso del viaje que me lleva a ella.

Algo de alegría tienen también ambos viajes.

¿Entendés por qué te digo
que con ella tenemos que asincerarnos?
Hay bastante de histeria entre los dos.

Pero lo lindo es que nos queremos
y que, mientras tanto,
cada uno en lo suyo, ¿me entendés?

El túnel es otra cosa,
es como una burbuja dentro de otra burbuja.
El túnel es otra cosa.



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