jueves, agosto 28, 2008

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(se viene)


MateCocido con Tortas
2ºEDICIÓN
f e s t i v a l***i n t e r p r o v i n c i a l***d e***p o e s í a

INVITACIÓN
La Biblioteca Popular & Espacio Cultural SomosViento de San Francisco quiere invitar a todos los escritores / editores / promotores que se puedan y quieran llegar, a venirse al Segundo Mate Cocido con Tortas, festival interprovincial de poesía el próximo sábado 27 de septiembre en el galpón de Juan de Garay esquina Brasil, donde las vacas vuelan.
Hay un boceto de programa que puede ir mutando según las confirmaciones, pero que másomenos estima para la tarde, ronda acerca de talleres literarios y producciones editoriales autogestionadas, estrategias de trabajo y ronda. Y después a la noche, presentación del libro "sanfrancisco/cordoba" del escritor local afincado en córdoba Luciano Lamberti, con música en vivo del artista cordobés Diego Monsalvo, espectáculo de lecturas y performances de poesía, presentación de poetas paranaenses que han publicado con el sello De La Intemperie. Además, durante toda la jornada, se montará feria para que cada uno muestre sus producciones, ya han confirmado desde Córdoba la editorial independiente La Creciente, la revista El Caracol de la biblioteca paranaense Caminantes, la editorial De La Intemperie y la presencia infaltable del taller literario de SomosViento "Hacemos Bollitos". Esto no quita que se pueda cada uno traer su propio stand. Además, las puertas están abiertas para llevar adelante lecturas, performances de poesía, con total libertad para llevar adelante lo que se quiera y del modo que se quiera. Para consultas y/o confirmaciones, escribir a somosviento_bpyec@hotmail.com o a mariadepetris@hotmail.com, al teléfono 03564 154 12912 (maría) o 03564 15653758 (vientito)

viernes, agosto 15, 2008

segundo cumple viento desde la óptica Caminante (Paraná)

Caminantes en Paraná y viento en San Francisco (Córdoba), viajamos al compás de los convites. La biblioteca popular Somos Viento, cumplió dos años de vida intensa y con esa fuerza organizó un cumpleaños concurrido de gentes, risas, músicas, palabras, tambores y todos los que se arrimaron entre los vientos favorables de otros lares. La murga “La Estación” (Córdoba), con la recuperación del carnaval y su trabajo en escuelas con niños; los “Del Puente” (Villa María, Córdoba), con su mirada puesta en el cine y en repensar los documentales como herramienta de lucha y transformación; la murga “Cosa de locos” con su esmerado y creativo trabajo con el colectivo Villa Los Galpones y pidiendo ayuda por familias que en alta Córdoba padecen desalojos y son víctimas del hambre; el centro cultural “Fernando Birri” (Santa Fe) con su variada gama de propuestas para el desarrollo de la expresión artística y sus reincidentes apuestas a la independencia y autonomía; “Carbón y sal” (Córdoba) la dinámica y divertida pareja de narradores que se autoafirman en la ubarnidad como marca y origen y apuestan a rescatar “lo escrito”; el centro cultural “Estación Esperanza” (Rafaela, Santa Fe) que en noviembre cumple un año y que podrán celebrar en el galpón que hace poco tiempo habitan con sus propuestas expresivas alternativas al circuito culturoso que se propone desde el Estado; “Juanito Laguna” (Santa Fe) de la asociación Chicos del Pueblo con su campaña constante contra el hambre; estudiantes de Trabajo Social (San Francisco) con sus proyectos de trabajo fuera de la academia y en consonancia con La luciérnaga, organización que se desprende de la revista de la calle cordobesa, también así llamada; los que viven la murga como herramienta de transformación social, “Ni lerda ni perezosa” otra murga cordobesa que se autodefine como grupo artístico social y político, empeñada en recuperar los espacios públicos como lugar de todos y todas ; trabajadores de la cultura que aportan cotidianamente a la construcción del espacio de la biblioteca Somos Viento, para que su razón de existir trascienda el mero servicio y se puedan experimentar otras vivencias y aprendizajes protagonizados por el teatro, la plástica, la música y la narrativa; y quienes escribimos, Los Caminantes con nuestros zapatos llenos de historias, olores, calles, plazas, lecturas, dibujos y caracoles.Las confluencias pregonan las fuerzas de las correntadas. Decidir encontrarse a pensar que podemos hacer juntos no es casual. Parte de la tarde del sábado la aprovechamos para conversar y conocer acerca de las trayectorias de cada grupo. Pero la fiesta había comenzado antes con “La risa como principio revolucionario” un taller que vienen realizando los integrantes de la murga “Ni lerda, Ni perezosa”. ¿Que si nos reímos?... y además aprendimos unos pasitos de murga que ya andaremos ensayando por ahí. A la nochecita la fiesta se agrandaba y se arrimaban vecinos de la zona de San Francisco. Se animaron danzas al sonar del folclore y al percutir de los tambores brilló el candombe. Había empanadas, guiso de mondongo, vino tinto, gaseosas y fernet. Los narradores nos invitaron a un viaje de cuentos. “Somos viento” presentó las obras de teatro que vienen trabajando en el espacio de la biblioteca. Cruzamos producciones escritas y camisetas: una remera de Caminantes quedó en San Francisco. Alos grupos de música se sumaron músicos independientes y bailarines improvisados pero contentos de mover el esqueleto y de volver a encontrar en el bailoteo a murgueros, cuentacuentos, teatreros, escritores, lectores, tamborileros, niñas, niños, jóvenes, no tan jóvenes, viejos y espectadores. Todos, desde la actuación hasta la expectación de una u otra manera, la noche del 26 de julio, nos metimos en el baile.



Chin Chin por “Somos Vientos” Y que cumplas muchos años más!!!

jueves, agosto 07, 2008

Apostillas del Segundo Cumpleaños de SomosViento

Ausencias, presencias y sorpresas
La noche del segundo cumpleaños fue un evento típico de SomosViento. No un evento más, pero sí uno bien típico. Con las habituales ausencias y presencias, y con la cuota de de sorpresas infaltable.Faltaron autoridades oficiales, pese a la exhaustiva tarea de difusión, y por lo tanto faltó la cobertura oficial de la gran mayoría de los medios locales en el lugar. Lo que no es una sorpresa, pese a que después tratan de enmendar culpas con premios y reconocimientos vacíos de contenido. Tampoco es una sorpresa que en gran número, la comunidad sanfrancisqueña se acercara la no tan fría noche de sábado 26 de julio de 2008, a colmar las gradas (nuevísimas), las sillas y el piso mismo del galpón de Juan de Garay esquina Brasil. Se llegaron a SomosViento, y allí tampoco hay sorpresa alguna, compañeros de ruta de otros espacios sociales y culturales de la ciudad y de la región.
El galpón latió taquicárdicamente hasta larga la madrugada del domingo, conducidos por la música de los tambores del Centro Cultural Fernando Birri santafesino (una de las gratísimas sorpresas, en su primera escalada en SomosViento), las denuncias de Culi Taborda y su nuevo grupo de música popular, la guitarra en clave poesía de Bocha Gregorio y las canciones combativas del músico y luthier Tito Sánchez, y esos clásicos que levantan coros y ánimos abatidos, de la mano de Gastón Bono y Pipi Romero, con respectivos grupos. En el medio, intervenciones del taller de teatro viento, en cuotas bien dispensadas y destacadas performances cuentacuentos del grupo Carbón y Sal y del malabarista local Cuete. La torta de la Lili, se llegó como un año atrás desde Rafaela con el malón alegre de Estación Esperanza, invitando al trillado pero nunca malvenido 'que los cumplas feliz'. Alguna poesía de Carlos Fuentes también dijo presente, con cancán y peluca y es de destacar también, al taller de niños que presentó una publicación con dibujos, canciones y cuentos, que denotan el trabajo de cada sábado por la mañana, llevado adelante por talleristas y chicos. Después de tanto despliegue y ya con la luna de domingo sobre el cinc, un grabador amplificado invitó al baile con candombe y cuarteto, en mixtura natural. El cansancio fue volteando peones con el correr de las horas. Algunos hicieron enroque y trasnocharon a ritmo de cerveza y fernet, hasta que la gorra no dio para más.

De colectivos y colectivos
SomosViento, para la celebración de su segundo aniversario, con un mes de anticipación más o menos, vino invitando a colectivos que vienen trabajando en San Francisco y en otras ciudades, 'que desde lo diverso, lo plural y lo coherente aportan cotidianamente a construir un nosotros amplio e inclusivo', tal lo destacaba literalmente la invitación.
Por segundo año consecutivo, la gente del Centro Cultural y Social Estación Esperanza de Rafaela, se tomó literal lo de la invitación a colectivos y se llegó con uno propio a Juan de Garay y Brasil. A bordo, más de una quincena de esperanzos convivieron durante día y medio, casi como familia gitana. Incluso al momento de la partida, la siesta del domingo 27, hicieron lugar para subir a los cuatro santafesinos del Birri y los acercaron a la Terminal sanfrancisqueña.

Qué bonita vecindad
Algunos participan en los talleres: en el de niños, en el Literario, en el de Plástica, en el de Tallado en madera, en el de Teatro. Otros nos acercan lo que sienten que nos puede llegar a servir: desde infinidad de libros, hasta colchones, sillas, una tribuna e incluso una pileta Pelopincho. Otros vecinos no faltan a una sola de las actividades. Pero también hay otros vecinos, silenciosos, que uno nunca sabe y sin embargo... Un despensero le dice a un viento que va a comprar galletitas, que está muy bueno que haya gente haciendo cosas por los demás. Muestra orgulloso en su pared el afiche del segundo cumpleaños y algunos dibujitos de los niños del taller de niños y cuenta que cuando empezó todo esto, hace más de dos años, los vecinos del barrio miraban con desconfianza. En este punto hace la necesaria aclaración de que el Cottolengo es un barrio de gente 'grande', poco acostumbrada al movimiento. Dice el despensero que con el tiempo, la comunidad toda y la de este barrio en particular, fue empezando a entender y a respetar. Destaca a las murgas que recorren siempre las calles y al trabajo constante con los niños. 'Están de fiesta hoy', comenta otro vecino a este mismo viento, en otra despensa del barrio. 'Salió por todas las radios. Voy a tratar de ir, siempre estoy por ir'.

Intercambios
Los grupos 'foráneos' empezaron a caer el viernes 25 en cómodas cuotas y el sábado, pasado el mediodía, en gran cantidad, para completar el dream team final. Algunos en colectivo particular, otros en auto particular, algunos otros en colectivos de línea e incluso no faltaron los que se llegaron en bicicleta y moto. Y a pie, obvio. Algo retrasada, con un buen marco de asistencia, la primer actividad del segundo cumpleaños, arrancó cerca de las 16. El taller La risa como principio revolucionario, coordinado por Charango del Movimiento Nacional de Murgas, según cuentan los que participaron, fue muy bueno (más tarde, el pequeño coordinador murguero dejaría un juego de fotocopias del marco teórico del taller, para que lo reprodujese quien quisiera). Acto seguido y como estaba pautado, una ronda mateada al viento dentro del galpón, con sillas distribuidas en ronda (las gradas de la tribuna incluida), dio lugar a una presentación entre grupos y en ese tren, a una charla acercad de los modos de hacer que tiene cada espacio, las dificultades y las proyecciones, que no por casualidad son de alguna manera los modos, las dificultades y las proyecciones que viven todos (particularides aparte). Tres puntos suspensivos, el reloj que apremia y la sensación de que este intercambio se puede llegar a materializar, se condensa en un par de propuestas que recién se están empezando a discutir, pero que con el correr de las horas irá tomando más forma. Se habló de la disputa permanente con la legalidad y con la indiferencia, de las complicaciones que se tiene intra grupo en cada experiencia, de los tiempos de hiperactividad y los tiempos de meseta, de los cambios de formación, de la informalidad, de la formalidad y del trabajo con otros colectivos. El futuro, para todos tiene una cuota de misterio importante, pero con una visión clara. Entonces empezar a programar un trabajo conjunto, da un poco más de seguridad y confianza.
Y el intercambio sigue y sigue y por el galpón circulan casi anárquicamente, volantes del Fest*Poet3 en Estación Esperanza y un DVD que muestra al Birri y al Circo del Mono santafesinos, ejemplares del semanario también santafesino, Pausa, una producción original en papel del taller literario Hacemos Bollitos de SomosViento, ejemplares del boletín El Caracol de la Biblioteca Popular Caminantes de Paraná (que se llegó con cuatro representantes). Y siguiendo con esto de los intercambios, después, a la hora del bailoteo, poco importa (y ¡qué bueno!), si sos de aquí o sos de allá. Globos, torta, cerveza, guiso y musiquita. ¡Qué más! Después el domingo, asado para todos, tremenda parrilla colmada, charlas, rondas, proyectos, despedidas, hastaluegos, hastalapróximas, promesas, miradas, mates. Y unas vacas volando que dejan caer lagrimones típicos de domingos pos actividades vientos, con amigos nuevos que vuelven a sus casas, llevándose pedacitos de aire y dejando bocanadas de esperanzas en este galpón que se hincha de alegría.

domingo, agosto 03, 2008

El peor acuerdo (Martín Caparrós en Diario Crítica 25.07.08)

Nunca hubiera pensado que alguna vez podía llegar a estar de acuerdo con el hijo de puta del ex general Luciano Benjamín Menéndez. Y sin embargo, ayer.
Ayer, en su alegato final, el ex Menéndez, ex jefe de una de las unidades militares más asesinas, el Tercer Cuerpo de Ejército, hombre de cuchillos tomar y de presos matar, peroró en su defensa. Dijo, en síntesis, que las fuerzas armadas argentinas pelearon y ganaron para “evitar el asalto de la subversión marxista”. Y yo también lo creo.
Con algunos matices. La subversión marxista –o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte– quería, sin duda, asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático: queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado, sin desigualdades, sin explotadores ni explotados, y sin muchas precisiones acerca de la forma política que eso adoptaría –pero que, sin duda, no sería la “democracia burguesa” que condenábamos cada vez que podíamos.
Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando vi a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas.
(A propósito: es la misma falsificación que se comete cuando se dice, como lo ha hecho Kirchner, que este gobierno pelea por realizar los sueños de aquellos militantes: esos sueños, está claro, eran muy otros. En esa falsificación, Kirchner y el asesino ex se acercan; ayer Menéndez decía que “los guerrilleros del 70 están hoy en el poder”, sin ver que, si acaso, los que están alrededor del gobierno son personas que estuvieron alrededor de esa guerrilla en los setentas y que cambiaron, como todo cambió, tanto en los treinta últimos años que ya no tienen nada que ver con todo aquello, salvo para usarlo como figura retórica.)
Es curioso cómo se reescribió aquella historia. Hoy la mayoría de los argentinos tiende a olvidar que estaba en contra de la violencia revolucionaria, que prefería el capitalismo y que estuvo muy satisfecha cuando los militares salieron a poner orden. “Ostentamos el dudoso mérito en ser el primer país en el mundo que juzga a sus soldados victoriosos, que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas”, dijo el asesino –y tiene razón. Pero la sociedad argentina se armó un relato según el cual todos estaban en contra de los militares o, por lo menos, no tenían ni idea. Es cierto que no podían haber imaginado que esa violencia era tan bruta, tan violenta, pero había que ser muy esforzado o muy boludo para no darse cuenta de que, más allá de detalles espantosos, las fuerzas armadas estaban reprimiendo con todo.
El relato de la inocencia mayoritaria se ha impuesto, pese a sus contradicciones evidentes. Los mismos medios que ahora cuentan con horror torturas y asesinatos las callaron entonces; los mismos partidos políticos que se hacían los tontos ahora las condenan; los mismos ciudadanos que se alegraban privada y hasta públicamente del retorno del orden ahora se espantan. Y todos ellos conforman esta masa de ingratos a la que se dirige el muy hijo de exputa: “Luchamos por y para ustedes” –les dice y, de hecho, los militares preservaron para ellos el capitalismo y la democracia burguesa. Pero la sociedad argentina se ha inventado un pasado limpito en el que unos pocos megaperversosasesinos como éste hicieron a espaldas de todos lo que ellos jamás habrían permitido, y les resulta mucho más cómodo. Como les resulta mucho más cómodo, ahora, indignarse con el ex que repensar qué hicieron entonces, a quién apoyaron, en qué los benefició la violencia de los represores, y lo fácil que les resultó, muchos años después, asombrarse, impresionarse e indignarse.
El ex Menéndez es, sin duda, un asesino, y ojalá que se pudra en la cárcel. Es obvio que no es lo mismo la violencia de un grupo de ciudadanos que la violencia del Estado, pero es tonto negar que nosotros proponíamos la guerra popular y prolongada como forma de llegar al poder. Y también es obvio que la violencia de los militares no les sirvió sólo para vencer a la guerrilla: lo habrían podido conseguir con mucho menos.
Durante mucho tiempo me equivoqué pensando que los militares habían exagerado: que la amenaza revolucionaria era menor, que no justificaba semejante despliegue. Tardé en entender que los militares y los ricos argentinos habían usado esa amenaza como excusa para corregir la estructura socioeconómica del país: para convertir a la Argentina en una sociedad con menos fábricas y por lo tanto menos obreros reivindicativos, para disciplinar a los díscolos de cualquier orden, y para cumplir con las órdenes reservadas del secretario de Estado USA, su compañero Kissinger, que les dijo en abril de 1976 que debían volver a convertir a nuestro país en un exportador de materia prima agropecuaria.
Es lo que dijo el ex: “¡Y nosotros estamos siendo juzgados! ¿Para quién ganamos la batalla?”. Porque es cierto que la ganaron, y que su resultado principal no son estos juicios sino este país sojero.
Ése es el punto en que casi todos se hacen los boludos. La indignación siempre fue más fácil que el pensamiento. Supongo que es mejor que muchos, para sentirse probos, prefieran condenar a los militares antes que seguir apoyándolos como entonces. Pero no deja de inquietarme que todo sea tan fácil y que sólo un asesino hijo de puta suelte, de vez en cuando, ciertas verdades tremebundas.