txts by PelAdo.

el desertor

yo soy ese niño / el de la esquina / ese muertito
que ruega amores o por lo menos rocanroles
qué más / caravanas / lo que pinte está bien

soy el sinmadre que elige olvidar
cuando edipo le duele
/ esas noches que la lluvia en el cinc
no es lo suficientemente estruendosa
como para silenciar
el rechinar de la cama sin aceitar

soy el niño que celó / que rogó caricias
y a cambio del no-dispense, ofertó una bala
/ certera bala que perforó pulmón de turno

soy el niño de la esquina / “el desertor”
me bautizó un diario amarillista

dejé el fierro en el piso / allí también
mi inocencia y mi niñez
y en una corrida atontada / un millar de lágrimas
y una esquina que nunca volverá a ser mía

“escapaste” sintetizará un amigo nuevo
y yo distentiré en silencio
pero le daré la razón para cortar la conversación
y seguir con una cerveza que a esta altura
ya parece pis

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el calor y el ascensor

mascarita cura lagañas con agüita fría, demasiado fría el agüita despabila a la mascarita. corre caminando lento. su cabeza a mil ya se metió en el engranaje. su cuerpito flaquito, chiquito se desploma en el asiento 23 del interurbano. mascarita ya está adentro del engranaje. el humito negro despabila a mascarita, como el agüita fría. la mañana aparece con sol demonio y sus latigazos despabilan también a mascarita. media mañana, su rostro encajado en una planilla de excel que repite fórmulas matemáticas casi hasta el sinsentido. un flaquito de overall se acerca al mostrador, dice no sé qué de un contrato y de un patrón y de una firma que no sé qué. mascarita tipea, sus dedos vuelan compulsivamente por instinto. “¿alondra?”. mascarita siente un lagrimón o una gota de sudor, no sabe distinguir. de pronto su rostro es un mar de pena. “¿te llamás alondra?... qué lindo nombre”. el obrero de overall es gastón eliécer álvarez, el excel no se equivoca al decirlo. en este momento a la grande babilonia se le escapan dos ovejas que se aman como conejos como leones como niños, llorando riendo transpirando un grito. ¡alerta! la puerta del ascensor se abre en el décimo tercer piso, alondra y gastón sueñan con el agüita fría y con zafar del humo negro. un despido doble y un beso despedida, tibio beso. gastón deberá someterse a tremendo interrogatorio cuando vuelva a casa. alondra pasa de largo el paradero del interurbano y vuelve a ser mascarita. y se repite con musiquita de cumbia en la cabeza que la noche está hermosa para volver caminando. y vuelve a sonreír.